¡Última etapa! Nuestro camino llega a su fin. La alegría del destino final se divisa en nuestra cara, acompañada de esa pena porque todo lo vivido, ya es un recuerdo. Tras atravesar Piasca y Potes, afrontamos los últimos kilómetros hasta llegar al Monasterio de Santo Toribio de Liébana.
El fin del camino… El inicio de otro.